lunes, 14 de julio de 2008

Lunes

Menudo fin de semana tan estupendo he pasado. Lisboa es la leche. No iba desde la expo, y la verdad que es una ciudad fascinante. También he tenido la suerte de ir acompañada de tres súper hombres que se conocían la ciudad divinamente, my best friend Dani, Santi y Sebas. El viernes estuvimos en un súper sitio de copas encima del Tajo que se llama Kubo, espectacular...menudo diseño... En estas cosas te das cuenta lo cuidadosos que son los portugueses con el diseño de los sitios. El sábado por la mañana después de un maravilloso desayuno en una pastelería, donde la elección del pastel fue difícil, pero me tuve que comedir, porque la boda de mi hermano es el sábado, nos fuimos a la playa...comimos allí, y los machos se bañaron. Yo no me bañé porque el agua estaba muy fría, además estoy acostumbrada al mediterráneo. A la vuelta paramos en Cascais y tomamos un helado, el mejor que he tomado yo hace mucho tiempo, muy parecido a los que hacían el Oliveri, esa mítica heladería de Madrid que cerró hace más de 15 años y se llevó el secreto de los helados con ellos. Por la noche fuimos a cenar a un sitio con mucho encanto, luego nos fuimos a tomar la primera copa a una escuela de circo que está al lado del Castillo, y las vistas sobre el río son alucinantes, y luego a una disco africana. No tengo palabras para comentar tan magno evento...simplemente deciros que es un espectáculo a toda regla, imaginaros, cuando salimos de ahí era de día. Después de muchas horas observando concienzudamente, aunque ahí la que se luce es la mujer, es el hombre el que guía para dar unos pasos, que sinceramente no hay palabras para describir. Que movimiento, que ritmo... Yo no me comí ni un colín, porque ahí el hombre te tiene que sacar a bailar... Ha sido una experiencia única, tanto es así que yo de aquí a seis meses me voy a poner las pilas para ver si consigo bailar como ellas...o por lo menos a contornearme... El domingo día súper tranqui, comimos marisco, subimos al tranvía y fuimos a un mirador.

Después de este finde semana, me iría a vivir a Lisboa de cabeza, aunque la sociedad allí es bastante cerrada. Ya os comenté que es inimaginable que una mujer se ponga hablar con un hombre, pero es que los hombres no pueden entrar tampoco a cualquier mujer. La sociedad esta dividida en grupos, y no es tan fácil meterse así como así, sino que tienes que ser introducido por alguien que ya pertenezca a él... Un poco complicado de entender, pero cuando tu vas allí te das cuenta perfectamente de lo estamentado que está. Creo que muchos españolitos se cortarían las venas... y eso que por ser extranjero tienes unas cuantas licencias más que uno nativo.

Hoy me ha costado muchísimo levantarme de la cama.... Tengo la última prueba del vestido de mi cuñada, y por la tarde tengo que currar un poquito. Luego he quedado con Charol a tomar un piscolabis light, y hoy a las 10 estoy en la cama...

Por cierto viajar con tres hombres es una maravilla, aprendés mogollón. Mis conclusiones del viaje: son más coquetos; le dan más vueltas a las cosas, aunque no lo parezca; y hay veces que ante la grandeza de una mujer se achantan.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta la forma en que lo cuentas, y eso de ir tú sola acompañada de tres hombres te hace brillar más según leo tu post, te da más luz, la mente se me va más a ti en lo que cuentas

un abrazo

Beatriz dijo...

Ya veo que se descubren cosas interesantes de los hombres en un fin de semana :) a ver si no vamos a ser tan diferentes...